Las embarcaciones están en condiciones pésimas, por lo que en cualquier momento puede llegar la tragedia.
Imaginen que una madre con su hijo en
brazos huye de una guerra. Quiere salvar su vida y la de su pequeño. Por esa
razón se lanza al mar en busca de un país, de un lugar como refugio. Imaginen
que en esa travesía, dura, complicada, el mar acaba por desestabilizar el
barco. Y éste naufraga. Y de pronto, una mano amiga, que lanza un chaleco
salvavidas. Una mano que coge con fuerza al niño y a su madre. Que les da
calor. Y una sonrisa amiga. Así, hasta 540 vidas por lo menos han salvado
socorristas de la ong Proactiva Open Arms, que lleva desde noviembre en la isla
de Lesbos socorriendo a refugiados sirios.